La violencia comunitaria, especialmente aquella relacionada con armas de fuego, continúa siendo uno de los mayores retos sociales en Estados Unidos. En Madison, Wisconsin, la puertorriqueña Verónica Figueroa ha dedicado a trabajar en la prevención de la violencia y en la creación de espacios de apoyo y sanación para las comunidades inmigrantes y de color.
Figueroa, con más de 31 años de residencia en la ciudad, forma parte de una oficina pionera que nació hace unos siete años como respuesta al incremento de incidentes armados. Este departamento, único en su tipo, une esfuerzos de la ciudad y el condado bajo la sombrilla de la salud pública, lo que permite una respuesta coordinada e integral frente a la violencia.
En su labor, Figueroa subraya que la violencia no surge de manera aislada, sino que está vinculada a factores como la pobreza, la falta de oportunidades para la juventud, los traumas familiares y la repetición de patrones intergeneracionales. Advierte que el miedo en muchas familias inmigrantes las lleva a no denunciar incidentes, lo cual genera una mayor sensación de inseguridad y desconfianza hacia el sistema. Por ello, insiste en que es fundamental romper el aislamiento, buscar apoyo en personas de confianza y aprovechar los recursos comunitarios disponibles.
Uno de los mayores retos que enfrenta su oficina es la irresponsabilidad en la tenencia de armas de fuego. Muchos de los incidentes que afectan a niños y jóvenes no provienen del mercado negro, sino de armas mal almacenadas en hogares o vehículos. Frente a ello, se han impulsado campañas de concientización para promover la seguridad en el manejo de armas y reducir riesgos en las comunidades.
La oficina que dirige no solo atiende a las víctimas directas de la violencia, sino que también acompaña a las comunidades completas cuando ocurre un incidente. Conectan a las familias con servicios de salud, educación y apoyo psicológico, además de fomentar la creación de planes comunitarios de acción y seguridad. Para Figueroa, es esencial recuperar el sentido de comunidad que muchos inmigrantes traen de sus países de origen, recordando la importancia de cuidar al vecino y resolver problemas de manera colectiva.
En un contexto donde los discursos de odio y la xenofobia hacia los latinos han aumentado, Figueroa recomienda no confrontar directamente a quienes lanzan insultos o ataques verbales, priorizando siempre la seguridad personal y familiar. A su vez, invita a la comunidad hispana a participar activamente en procesos de decisión local, como los debates sobre presupuestos municipales, para asegurar que sus necesidades sean escuchadas y atendidas.
Finalmente, Figueroa resalta que la oficina de Prevención de la Violencia en Madison trabaja de manera independiente de la policía, garantizando la confidencialidad de la información que reciben. Su misión es acompañar, orientar y conectar a las familias con recursos que les permitan enfrentar de manera más segura y colectiva uno de los problemas más complejos que atraviesan las comunidades: la violencia. Para contactarla directamente para preguntas o solicitar apoyo para su vecindario puede llamar o enviar un TXT al +1(608) 327-9634 o via email al vfigueroavelez@publichealthmdc.com
Verónica pide a la comunidad dejar su voz en la siguiente encuesta para ayudar a las organizaciones participantes a diseñar programas basados en las respuestas > https://tinyurl.com/4pwjuahs
FUENTE: OFICINA DE PREVENCION DE VIOLENCIA






