Cómo nos afectará mentalmente la pandemia?
La Asociación Journal of Psychiatry (Revsita Asiatica de Psiquitría) se ha concentrado en 5 puntos que van a impactar las comunidades y las instituciones de salud.
Impacto de la cuarentena y el distanciamiento social
Es innegable que después de un año de pandemia muchos ya estamos cansados, o hemos cambiado mentalmente de alguna manera casi imperceptible. En la publicación medica británica llamada The Lancet, un grupo de investigadores publicaron un artículo sobre el impacto y encontraron personas experimentan trastornos emocionales, irritabilidad, insomnio, depresión y síntomas de estrés postraumático inmediatamente después del período de cuarentena. El impacto será de largo plazo, considerable y de amplio alcance y estos incluyen ansiedad, ira, depresión, síntomas de estrés postraumático, abuso de alcohol y cambios de comportamiento, como evitar lugares concurridos y lavarse las manos con precaución. Estos síntomas psicológicos pueden durar desde varios meses hasta tres años después del período de cuarentena según se ha determinado en el estudio.
La distancia social ha sido uno de los pilares en el trabajo de prevención durante la pandemia, pero algunos estudios aseguran que podría ser causante del aumento de soledad, ansiedad, depresión, violencia doméstica, abuso infantil y abuso de sustancias. Las autoridades de salud ya están alerta, y en Wisconsin, en el 2020 Milwaukee fue uno de los años con más altos números de suicidios y ya es considerado un problema de salud mental.
Para muchos el estar solos se puede convertir en un problema aún más grave, pues sin darse cuenta, pueden llegar a tomar comportamientos extremos como buscar lugares o espacios donde puedan sentirse más solos. Este fenómeno social es conocido como Hikikomori, un término japones que explica como ellos optan por abandonar su vida social para evitar la presión del exterior. Las personas que optan por esta opción en ocasiones se vuelven tristes, abandonan a sus amigos, se vuelven inseguros, tímidos y tienden a no hablar mucho. La única forma de contacto de los hikikomori con el mundo exterior es por computadores, videojuegos o televisión. Perder el contacto social agrava la integración de las personas a los grupos o trabajos. Este fenómeno se ha determinado como una acción individual.
En un estudio realizado por el Departamento de Neuropsiquiatría de la Universidad de Kyushu, en Japón, concluyó que aunque el hikikomori era un opción personal, con la pandemia fue una exclusión obligada a la vida social por los gobiernos, lo cual conllevo a que personas tengan que abandonar su entorno social por miedo a ser infectados. El mismo estudio presenta una hipótesis donde el aislamiento social podría llevar a una crisis económica.
Problemas de Salud mental después de la recuperación por COVID-19
Muchos de los pacientes hospitalizados por COVID-19 sufrieron de delirio durante etapa grave de la enfermedad. El informe alerta sobre las complicaciones psiquiatricas de estos pacientes, pues solo hay datos de pandemias anteriores como SARS Y MERS donde la depresión y trastorno de estres postraumático fueron prevalecientes.
En un estudio realizado por la división de psiquiatría de University College London, encabezado por el Dr. Jonathan Rogers, se observó un deterioro significativo en pacientes después de un año de ser dados de alta que incluye ansiedad, depresión y trastorno de estres postraumatico. Los pacientes que sufrieron síndrome de dificultad respiratoria aguda grave durante la estancia en el hospital, muestrán un deterioro neurocognitivo que incluye falta de atención, concentración, memoria, y velocidad de procesamiento mental. Adicionalmente, se encontraron reducciones en la calidad de vida de los pacientes.
Impacto en los trabajadores de salud de primera línea
No solo la muerte de muchos doctores, enfermeras y miembros involucrados en atender pacientes contagiados por COVID-19 son números para tener en cuenta, sino también los trabajadores que enfrentan la pandemia actualmente. Según el profesor Jianyu Que, del National Clinical Research Center for Mental Disorders de la Peking University Sixth Hospital, el 60% de los médicos, enfermeras y médicos residentes sufren de síntomas psicológicos que incluyen ansiedad, depresión e insomnio que pueden durar varios años. Los datos son sustentados por la información recolectada en el 2003 durante la pandemia de SARS.
El estres post-traumático sufrido entre un 11-73% por los trabajadores de salud persistió entre un 10-40% después de 1-3 años.
La recesión post COVID-19, las desigualdades sociales y el impacto en la salud mental
No es de ocultar que la pandemia ha develado muchos males que los países, sociedades y culturas han tenido durante muchos años ocultos. Esto a su vez ha traído desafíos para todos los países y economías.
El Banco Mundial ha pronosticado una recesión económica mundial desde décadas después de la pandemia por COVID-19. Esta recesión puede tener un impacto fuerte en la salud mental de las poblaciones más vulnerables. Los datos asociados con una recesión económica muestra aumento en angustia psicológica, ansiedad, depresión, trastornos de abuso de sustancias y suicidio o comportamientos suicidas.
Para Matias Carvalho del Health Sciences Center, Universidade de Fortaleza de Brasil, la situación no es nada optimista para la salud mental post- pandemia, pues el desempleo, la situación laboral insegura, el decaimiento en el nivel socioeconómico personal y los problemas psiquiatricos preexistentes, aumentan la crisis.
La inestabilidad económica debido al desempleo tras la recesión económica es un factor de riesgo importante para el incremento del suicidio. En la crisis económica del 2008 la tasas de suicidio se dispararon considerablemente, y se proyecta que pueda pasar lo mismo en recesión post- pandemia. Según los estudios realizadas en la University of Hong Kong a través del HKJC Centre for Suicide Research and Prevention, 54 países mostraron incrementos en la tabla de suicidio debido a la perdida de trabajo mundial de 212 millones en el 2009. Los países más afectados fueron Inglaterra, Italia y Estados Unidos.
El estigma de la pandemia
Para todos aquellos que han trabajado en la primera línea llamado HCP (Healthcare Professionals) y sobrevivientes del COVID-19 el estigma de haber tenido el virus o cerca de personas infectadas, ha resultado en acoso, estereotipos, discriminación, aislamiento social y en algunos casos violencia física. La World Medical Association reportó y condenó más de 200 incidentes relacionados con trabajadores de salud. Igualmente 13 organizaciones mundiales reportaron serias amenazas, entre ellas la Cruz Roja Internacional. Los reportes fueron compilados por la revista The Lancet Infections Diseases.
La estigmatización de los afectados podrían sufrir alteraciones emocionales, ansiedad y depresión, según lo reportó la CDC en el 2020. En el mismo reporte se identificaron quienes podrían ser los afectados”
- Ciertos grupos minoritarios raciales y étnicos, incluidos los asiático americanos, los isleños del Pacífico y los negros o afroamericanos;
- Las personas que dieron positivo por COVID-19, se han recuperado de estar enfermas con COVID-19 o fueron liberadas de la cuarentena de COVID-19;
- Personal de respuesta a emergencias o proveedores de atención médica;
- Otros trabajadores de primera línea, como empleados de supermercados, conductores de reparto o trabajadores agrícolas y de plantas procesadoras de alimentos;
- Personas que tienen discapacidades o trastornos del desarrollo o del comportamiento que pueden tener dificultades para seguir las recomendaciones;
- Personas que tienen problemas de salud subyacentes que causan tos;
- Personas que viven en entornos congregados (grupales), como personas sin hogar.
Los datos encontrados aunque están basado en estudios con información anterior, ayudan a predecir los comportamientos y alertas para que agencias, comunidades y gobierno vayan preparándose en lo que viene.